El Sendero costero entre La Santa y la Caleta de Famara deja atrás la postal volcánica que nos precedió desde prácticamente Janubio pasando por el litoral de Timanfaya (El Golfo-Playa del Paso) hasta alcanzar el pintoresco pueblo de Tenesar.
Toca transitar por la franja de territorio lanzaroteño en el que el jable es dueño y señor. Buena parte de la ruta entre el pueblito pesquero de La Santa y la playa de San Juan, a las puertas de la Caleta de Famara, acontece en lo que pudo haber sido decorado de cualquier film “spaguettiwesterniano”, ese en el que no te extrañaría tropezar con Eastwood y su cara de “mala milk” mascando tabaco mientras soporta la pantomima de Shirley Maclaine en aquella mítica cinta setentera.
Pero antes de llegar al paisaje de banda sonora Morricone hay que darle los buenos días a quienes revisan los trasmallos en la avenida de La Santa tras volver de pescar al alba. En el ambiente aroma a escamas recién desescamadas y el rugido de las olas y el ventoral, tremendo, que azota este tramo costero de Lanzarote.
Coincide esta estampa con decenas de surfistas asaltando el pico de la que dicen es la mejor ola de la isla. Allá en el horizonte logro atisbarlos, conectados al ir y venir de la ola, trazándola, camuflándose con ella, mimándola.
Y en el entorno de La Santa Sport y su lago una multitud de daneses y danesas, fornidos y fornidas, quemando el desayuno a base de series, jogging y piragüismo. Superada la pandemia gracias a la vacunación, el alojamiento deportivo por excelencia de Canarias retorna al 100% de ocupación. Se nota, y mucho, en el pueblo y su entorno: un dinamismo impresionante.
Bordee el lago en dirección a la costa, descubra el resto del plan parcial que nunca llegó a edificarse, cómo no, aceras desérticas limitando cuadras sin apartamentos y carreteritas hechas añicos.
A un par de centenares de metros al norte del complejo alojativo, una vez superada una pequeña pero vergonzante escombrera, descubrirá la pista de tierra que desde ya le embarca en Territorio Clint.
Territorio Clint
El desierto ante sí, pero siempre con el aleteo del mar próximo y su orografía resquebrajada precisamente por la fiereza atlántica. Desde el norte, en lugar de Clint Eastwood, una legión de bikers rueda subida a sus mountain. Son los vaqueros del siglo XXI: el sacrificio de antaño arando el jable alzados a la loma de un burro para plantar batatas y sandías ha derivado en el esfuerzo por rodar más veloz salvando los montículos de arena africana embutidos en licras y maillots. Atrás quedó el sombrero del campesino, hoy el casco ocupa su lugar. ¡Vaya un disfrutar!
Un alto en el camino en la única señal de vida urbana que encontrarás hasta el entorno de la Caleta de Famara. Otra caleta, Caleta de Caballo, otro núcleo de lo más pintoresco, muy parecido a Tenesar, donde la gente se viste despacito, deja la aldaba puesta sin mayor preocupación y el tiempo se mide en función del sube y baja de la marea.
Dejando atrás el diminuto casco urbano de Caleta de Caballo volvemos al escenario desértico que sin embargo salpimentamos con la primorosa panorámica de las islas del Archipiélago Chinijo (de oeste a este): Alegranza, Montaña Clara y La Graciosa, que junto a la alargada figura del Risco de Famara componen una silueta portentosa.
Serán 17 kilómetros, o casi 19 si se anima a terminar en la Caleta de Famara, pero la distancia resulta asumible porque transcurre en una llanura continuada, sin desnivel de ningún tipo, como si fuera una plácida etapa del Tour que acaba al sprint. Nosotros lo cubrimos en poco más de dos horas y media.
El baño en San Juan (o Famara) ejercerá de regenerador instantáneo. Ya estamos próximos al final de etapa, a este cruce de caminos que nos anuncia los 1,7 kms que quedan para llegar a la Caleta de Famara, a la altura de unas cuantas casitas desperdigadas en medio del corredor de jable.
La idea era acabar en el pueblo surfero, sin embargo, San Juan estaba tan solitaria y tan apetecible que decidimos echar el ancla aquí. Y acertamos de pleno.
Un chapuzón en soledad frente a esta cosa asombrosa que tenemos posada a unas millas al norte…
…te lo quita todo, menos las ganas de comer.
¡Qué bien nos sentaría un asalto en toda regla a la carta sabrosona de Alma, Tapas & +!
- VIVIDO. Martes 26 de octubre de 2021, de 9:00 a 11:45 am.
EL SENDERO Y COSAS A TENER EN CUENTA
- ITINERARIO: La ruta costera hasta la Caleta de Famara es de 19 kilómetros. Salvo en su primer tramo entre La Santa y La Santa Sport que acontece por la avenida marítima del pueblo norteño, la travesía tiene lugar por una veredita de jable claramente identificable.
- Nosotros paramos en San Juan. Nos quedamos a las puerta de la Caleta de Famara, a 1,7 kms exactos, la distancia entre el núcleo surfista y Playa San Juan.
- Avituallamiento. Son millas y en su mayor parte en pleno jable. Conviene llevar agua, y no una botellita. Litro y medio-dos litros le van a venir de perlas. Crema solar, buen calzado de senderismo, bañador y muda para el camino de vuelta en el caso de que lo haga en solitario.
LANZAROTE3.COM
Si has llegado hasta aquí, déjanos comentarte que desde 2013 recorremos Lanzarote en busca de su esencia para que la disfrutes como un local.
Informaciones, historias, fotografías y vídeos como las que has degustado en este post del Sendero costero entre La Santa y San Juan, las podrás encontrar en nuestra guía, pero también en su extensiones en las redes sociales, a las que te invitamos a seguir o suscribirte.
1 comentario en «Caminatas Atlánticas de Lanzarote: Auténtico Spaguetti Western entre La Santa y Playa de San Juan»
Os sigo por facebook y me gusta mucho soy n aficionado al senderismo y resudente en la Isla. Y cuando haga alguna ruta la compartire con Udes. Con fotos sacadas de la ruta. Enhorabuena y ta sabeis “ Caminante no hay camino, ……………” acabenla Udes.
Los comentarios están cerrados.