Esta caminata por Teguise te sitúa en una posición estratégica para admirar los variados dominios del municipio más amplio de Lanzarote. La ruta parte de Nazaret (aparca el coche aquí), a donde volveremos tras culminar el sendero circular que unirá este pueblito, que nació por culpa del fuego (la población del suroeste afectada por las erupciones del Siglo XVIII fueron sus primeros vecinos), la Montaña y el Castillo de Guanapay, el itinerario por la monumental Villa de Teguise y rematar la jugada en Lagomar.
La travesía a pie (descargar ruta) tiene una distancia de 6,77 kms y una primera tachuela nada más arrancar que obliga a calentar y estirar en la gran plaza circular que sirve de aparcamiento para acceder a Lagomar.
Lo dicho, resulta recomendable mover, y estirar, un poco el esqueleto antes de partir porque la subida al morro de la vieja cantera de Nazaret se las trae.
Ascendido el pequeño Mortirolo, ya en lo alto de la loma concluye el asfalto y nos embarcamos en una veredita de tierra que a los pocos pasos ofrece una doble dirección: recto (a Teguise) y a la derecha (la vereda que nos guiará a lo alto de la Montaña de Guanapay).
El camino escogido recorre una zona especial de revoloteo de aves, por lo que se advierte no salir de la vereda marcada. Desde la salida en el corazón de Nazaret serán 35 minutos de caminata hasta coronar en la Caldera de la Montaña de Guanapay. Es un desnivel ascendente asumible, aunque conviene llevar un ritmo pausado. El esfuerzo, ya ven (fotografía inferior), bien vale la pena. Y tanto.
En la vertiente sur de la montaña se alza el Castillo de Guanapay, construido en el Siglo XVI, que ejercía de vigía de la zona central de Lanzarote frente a los continuos ataques piráticos de la época (Historia del Castillo, por Álex Brito).
Hágase un 360º de la caldera, está la veredita claramente marcada, antes de visitar el castillo (actualmente, julio de 2022, en reformas) y el Museo de la Piratería que acoge. El rodeo le permitirá capturar una panorámica portentosa del norte insular, la Ermita de las Nieves, los campos de cultivo de Manguia, Teseguite, El Mojón…
Una vez concluido el senderito con forma de anillo de la caldera de Guanapay se procede a su descenso por otra veredita en zig zag que le dirige a Teguise y sus preciosas callejuelas.
Teguise: Un monumento que hace de pueblo
La Villa de Teguise y sus seis siglos de historia señorial (Historia de Teguise). Si en el momento del ascenso a Guanapay iba tranquilo, con el freno de mano puesto, ahora toca bajar al máximo revoluciones y proceder a un paseo a fuego lento por cada rincón de este precioso pueblo.
En un lateral del Ayuntamiento, cerca del Convento de Santo Domingo, encontrará una vía que le dirigirá a otra vereda de tierra (la última de la jornada…siga la ruta) que conectará con Nazaret. Ojo al momento en que deberá cruzar la mediana que une Teguise con Nazaret. Máxima precaución.
El sendero concluye en el Lagomar, una de las grandes atracciones turísticas de la isla. Una vieja cantera de rofe transformada en lugar de ensueño por César Manrique ante el encargo de Sam Benady, que comercializaba la Urbanización Oasis de Nazaret, situada al noreste de la localidad.
Benady, aseguran, quería utilizar la casa (lo que hoy es Lagomar) para recibir a sus potenciales compradores de viviendas de la urbanización. Hoy Lagomar es Museo, Restaurante y Cueva para tomar un cocktail también. Y como ocurre en Teguise resulta tan apetecible de día…como de noche.
90 minutitos de agradable paseo por algunos de los rincones más apetecibles de Lanzarote con la guinda del refrigerio en Lagomar conforma una experiencia completita en la que “matas”. varios pájaros de un tiro.
Vivido: Martes 19 de Julio de 12:10 a 13:45 horas.
LANZAROTE3.COM
Si has llegado hasta aquí, déjanos comentarte que desde 2013 recorremos Lanzarote en busca de su esencia para que la disfrutes como un local.
Informaciones, historias, fotografías y vídeos como las de este post, las podrás encontrar en nuestra guía, pero también en su extensiones en las redes sociales, a las que te invitamos a seguir o suscribirte.