Greens es comida saludable y sabrosona en Costa Teguise. Encaja tanto para un desayuno temprano, o tardío con tintes de brunch, como para un almuerzo rico y contundente que sin embargo te hará sentir ligerito para seguir de ruta en dirección Playa BastiánAMP.
Ya repetiremos para desayunar, o brunchear, pero esta vez tocó almuerzo y hay que empezar el post por el final: nos encantó. Antes de contarles qué comimos, les aclaramos que el local es el antiguo Gastro Nº10, con Mendi y Dani, que siguen con este nuevo concepto.
El poema lorquiano se concreta en una carta que cubre un segmento amplio de apetencias saludables. Quisimos abrir boca con un delicado, pero brutal, hummus de calabaza y una pecaminosa batata asada que estaba de vicio.
Seguimos con una ensalada de pollo a la que meten chicha y crujiente, ciertamente rica, y unos pokes proteicos, repetimos con el pollo y añadimos otro de salmón.
Era la primera vez de algunos comensales con esta ensalada tradicional de Hawai y también aquí, con los Pokes, lo clavan en Greens. ¡Chapó!
Cerramos el círculo salado con unos panes bao, que ofrecen al vapor o fritos (nosotros, entrados en años, nos decantamos por el vapor). Y sí, el de chipirones estaba delicioso…
…pero el que nos levantó del asiento para hacer la ola fue este de costilla, pepino encurtido, wasabi (chicha buena), mayo y cacahuetes.
Estábamos tan a gustito, que decía el torero en los saraos, que nos echamos la camisa por fuera con dos postres: brownie de choco y esta sutil tartita de zanahoria.
Concluidos los postres, oh, coincidencia, terminamos de arreglar el mundo que es lo que hacemos cuando nos acompaña un amigo dedicado a la política local al que le damos la chapa con asesoramientos varios en plan tertulianos.
Hubo tiempo para otra conclusión cuando llegó la cuenta: 22,50 euros/persona. Muy bien comidos, bien bebidos, ligeros como plumas y la conciencia tranquila por no darnos el atracón comilón, y a ese precio. Greens, anótenlo y reserven mesa.
PD: Hemos puesto el acento en la comida, pero hay que destacar el despliegue en sala de Mendi Etxebarría, flotando de un lado a otro derrochando profesionalidad de manera impecable.
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