
Sendero Tremesana: visita guiada oficial a las entrañas de Timanfaya
El Sendero de Tremesana es una privilegiada visita guiada a las entrañas del Parque Nacional de Timanfaya.
El Sendero de Tremesana es una privilegiada visita guiada a las entrañas del Parque Nacional de Timanfaya.
La Vuelta a Lanzarote por su litoral en 9 etapas. 158 kilómetros espectaculares de una inmensa riquesa paisajística.
Un paseo por Montaña La Vieja de Uga a través de su veredita supone situarte entre dos tierras: Timanfaya y Los Ajaches.
Los 10 mejores senderos para conocer Lanzarote caminando: Montañas de Fuego, Jable, Malpaís de líquen, valle de cenizas volcánicas, tuneras.
El corredor de jable de Lanzarote, un aluvión de conchitas marinas, preferimos admirarlo desde lo alto de Pico Colorado, en Soo.
El sendero a Montaña Bermeja desde el Morro de las Betancoras nos situará ante un escenario singular con una banda sonora única.
El ascenso al Valle de Fenauso te lleva a divisar dos islas en una: Los Ajaches y el Parque Nacional de Timanfaya.
Del Mar al Río es el sendero de mediado recorrido que atraviesa de costa a costa el litoral del municipio de Teguise.
Atravesando el Risco de Famara para terminar con una estampa absolutamente primorosa del Archipiélago Chinijo.
Sendero entre pinos, el aroma a terruño, la belleza arquitectónica de Haría y las vistas a La Graciosa.
Conectar con la robusta pero preciosa silueta del Volcán y en cuya falda conviven los viñedos de vid y las inmensas bolsas de lava.
El Sendero de El Cabezo es una sencilla ruta que atraviesa los viñedos, tunos e higueras enterrados en las cenizas volcánicas de Timanfaya.
Esta caminata por Teguise son 90 minutos de apasionante ruta por algunos de los rincones más apetecibles de Lanzarote.
Senderismo en La Graciosa. Este paraíso cuenta con una red de senderos de La Graciosa que recorre su increíble geografía.
Preciosa ruta por las entrañas de La Graciosa a través de la costa de Montaña Amarilla para alcanzar la Punta del Pobre.
Alegra rareza paisajíticas de Lanzarote. Del vergel sorprende la proliferación de especies como el tomillo, la tojia, el romero marino…
10 rutas de senderismo para conocer las entrañas de este paraje natural: sus exóticas playas de arena dorada, barrancos, hachas, filos…
Aparentemente Máguez sigue dormida a estas horas (9-9:30 am), pero como casi siempre las apariencias engañan. Hace tanto levantaron sus vecinos que les ha dado tiempo de mimar la huerta y del segundo café. El pueblo norteño se despereza, sin embargo las nubes van a su ritmo, acurrucadas a los
Salimos de la capital graciosera bordeando su precioso litoral repleto de motivos marineros, casitas, graznidos de gaviotas, y aroma a seba…
Travesía siguiendo las corriente de fuego que arrasaron Maso y la costa norte de Lanzarote hasta alcanzar la Playa de Las Malvas.
La amplia vereda que conecta el bello casco monumental de Teguise con la Vega de San José desemboca en Morro Alto con vistas increíbles.
Una de las rutas más privilegiadas de La Geria por la perspectiva dron del valle de cenizas volcánicas y de las Montañas del Fuego.
El recorrido resulta un festín de sensaciones entre veredas de cabras para alcanzar las playas más espectaculares de Lanzarote: Papagayo.
Y saber que están en lo alto de la semillita submarina de lo que terminó siendo Lanzarote: alzados del suelo sobre el Morro de los Dises.
Travesía mágica al desierto de dunas preñado de playas paradisíacas, de marismas, gaviotas y hubaras que concluye en Montaña Amarilla.
Corta pero intenta ruta entre Las Casitas Femés que le permitirá divisar la mayor parte del Monumento Natural de los Ajaches de Lanzarote.
Veredas históricas que descienden el Barranco de la Higuera hasta alcanzar la mística playa de El Pozo. La guinda del pastel, Playa Quemada.
Apasionante ruta circular por La Graciosa, el único sendero oficial que te ofrece una panorámica de todas las islas del Archipiélago Chinijo.
Este desierto de arenas resulta uno de los sistemas tradicionales de cultivo más productivos del tradicional suelo de secano lanzaroteño.
Lanzarote en unas pocas hectáreas: territorio arrasado por el fuego, cultivos en los lugares más insospechados, una fuente sedienta de agua, y una cueva en un tubo volcánico como espacio de encuentro y enyesques.