Atravesando el Risco de Famara se ve allá abajo a la playa y a un reguero de hormiguitas descalzas que camina sobre ella. Sin embargo, verse lo que se dice verse se ve el Archipiélago Chinijo con La Graciosa, Montaña Clara, el Roque de Oeste y Alegranza fondeadas en medio de la nada oceánica…la estampa desde nuestro mirador al final de la vereda tras una hora de caminata es primorosa.
El sendero que atraviesa el majestuoso macizo de Famara parte de la parte alta de la Urbanización de los Noruegos, en una vía de tierra donde poder dejar aparcado el vehículo y continuar a pie por la misma que siguen los coches en busca de la playa.
A un par de centenar de metros del punto de inicio se identifica una vereda paralela hacia el Risco. Tómela y camine por ella, en la loma se observa unas casitas viejas rodeadas de un bello palmeral. No hay pérdida. En la práctica es un viaje sobre la playa desde la mitad del risco.
Todo el camino está preñado de tabaibas y algún tabobo despistado que brota del escenario por aparente generación espontánea. En las laderas del acantilado también brota alguna vieja edificación que llama la atención por el contraste con la natuleza bestial en la que se asienta. Buena oportunidad para detenerse, girar a su derecha y admirar el risco en toda su dimensión.
Coincide este punto con una ligera ascensión que te dirige a una pequeña morada, esta sí habitada por un ermitaño vitoriano al que los instagrameros van a darle la tabarra preguntándole por esto y aquello, a lo que él les responde enviándoles a Haría (vaya crack). En este punto debe remontar el vuelo, de los dos senderos que se abren ante sí, tome el superior, el que está al nivel del hogar del vitoriano desemboca en la playa y lo que queremos es tocar las puertas del cielo mirando Chinijo.
Dejamos al trío coreano con sus ficciones, nosotros seguimos a lo nuestro, haciendo camino al andar. En la orilla también se aplican en el mismo cuento, sintiendo de verdad el terruño…
El sendero bordea al macizo y te lleva a las Salinas de Gusa y la exótica playa bajo el Risco. Es una travesía tan preciosa como peligrosa, por lo que limitamos el recorrido a la zona segura desde la que podemos interactuar con el panorama sin exponernos a riesgos de manera gratuita (a la playa bajo el Risco…por el Camino de los Gracioseros).
A la hora aproximada de caminata encontramos un echadero, un mirador, donde acomodarnos y darnos un chute de naturaleza salvaje: el escenario es paradójico, tan dantesco como sutil, tan bestial como delicado, tan quieto como revuelto por el sonido del rompiente de olas cuya acústica asciende el Risco…¿que qué se siente, preguntas? Like a rolling stone.
El atardecer está a la vuelta de la esquina, por lo que hay que volver exactamente por donde hemos venido. Lo suyo era poner el broche en la playa…
Cierre el círculo virtuoso y entierre sus huesos en el oleaje de Famara después de haber atravesado su Risco. Sí, lo es. Un final made in Hollywood.
Vivido: Lunes 26 de septiembre de 2022 entre las 17:00 y las 19:30.
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