🌋 El sendero del Lomo del Cura es la vereda que utilizaba el cura Andrés Lorenzo para alcanzar un morro localizado en un costado del pueblo de Yaiza, Lanzarote, desde donde contemplar las erupciones de Timanfaya que transcurrieron entre 1730-1735 (Hª de las Erupciones de Timanfaya).
📜 Producto de estas caminatas entre la Iglesia de los Remedios y el Lomo alzado a unos 40-50 metros de altura con respecto al pueblo, el párroco dejó por escrito cuanto observó de interés entre el 1 de septiembre de 1730 y el 28 de diciembre de 1731.
🎥 Recreamos el itinerario de ida y vuelta del cura Andrés Lorenzo entre la Iglesia y el Lomo, un zig zag que nos llevó a las puertas del cementerio sureño para acto seguido bordear la vereda que nos trasladó a lo alto del morro, un mirador excepcional de las coladas de lava y la lluvia de cenizas volcánicas que arrasaron una cuarta parte de la isla transformándola para siempre.
🗓️ El caminito del Lomo del Cura registrado en las imágenes se realizó el lunes 23 de diciembre de 2024 entre las 16:57 y las 17:51.
Los escritos cronológicos del diario del cura Andrés Lorenzo, bautizados por el historiador Viera y Clavijo como `Diario de apuntaciones de las circunstancias que acaecieron en Lanzarote cuando ardieron los volcanes, año de 1730 hasta 1736´, resultaron vitales para ofrecer luz a la devastación de aquellos años aciagos de la década de los 30 del Siglo XVIII.
El diario del cura Andrés Lorenzo
A continuación secuenciamos la transcripción del manuscrito del diario del cura Andrés Lorenzo, cuyas palabras resaltaremos en negrita y entrecomillaremos manteniendo las expresiones de castellano antiguo presentes en la narración, complementando la crónica con fotografías actuales de lo que vio nuestro protagonista desde lo alto del morro hace casi 300 años.
«En 1° de Septiembre entre nueve y diez de la noche la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya á dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diez y nueve días´´
Se sabe que ese crujido y la destrucción narrada por Lorenzo provenía del Volcán del Cuervo, el primero de los más de 20 volcanes que vomitaron sus lavas, cenizas y escorias entre ese iniciático 1 de septiembre de 1730 y 1735.

«Pocos días después un nuevo abismo se formó y un torrente de lava se precipitó sobre Timanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca. La lava se extendió sobre los lugares hacia el Norte, al principio con tanta rapidez como el agua, pero bien pronto su velocidad se aminoró y no corría, más que como miel´´
De los tres núcleos citados Timanfaya (Chimanfaya era el nombre en 1730), El Rodeo y Mancha Blanca solo esta última población sigue sobre la superficie y no enterrada bajo el fuego.

«Pero el 7 de Septiembre una roca considerable se levantó del seno de la tierra con un ruido parecido al del trueno, y por su presión forzó la lava, que desde el principio se dirigía hacia el Norte á cambiar de camino y dirigirse hacia el NW. y WNW. La masa de lava llegó y destruyó en un instante los lugares de Maretas y de Santa Catalina, situados en el vaíle´´

«El 11 de Septiembre la erupción se renovó con más fuerza, y la lava comenzó á correr. De Santa Catalina se precipitó sobre Mazo, incendió y cubrió toda esta aldea y siguió su camino hasta el mar, corriendo seis días seguidos con un ruido espantoso y formando verdaderas cataratas. Una gran cantidad de peces muertos sobrenadaban en la superficie del mar, viniendo á morir á la orilla. Bien pronto todo se calmó, y la erupción pareció haber cesado completamente´´
Atendiendo a las crónicas del cura, el fuego continúa causando estragos en ese primer mes de erupciones: Mazo es el pueblo de Maso que limita hacia el Oeste del Volcán del Cuervo con Tíngafa y el Miradero que son dos de los pueblos y pagos devorados por el volcán.
«El 18 de Octubre tres nuevas aberturas se formaron inmediatamente encima de Santa Catalina, que arden todavía y de sus orificios se escapan masas de un humo espeso que se extiende por toda la isla, acompañado de una gran cantidad de escorias arenas y cenizas que se reparten todo alrededor, viéndose caer de todos los puntos gotas de agua en forma de lluvia. Los truenos y las explosiones que acompañaron á estos fenómenos, la obscuridad producida por la masa de cenizas y el humo que recubre la isla forzaron más de una vez á los habitantes de Yaiza á tomar la huida, volviendo bien pronto, porque estas detonaciones no parecían acompañadas de otro fenómeno de devastación´´
Todo apunta a que esas tres nuevas aberturas apuntadas por el cura fuera el cráter de la Caldera de la Rilla, la gran responsable del valle de cenizas volcánicas que conocemos como La Geria. De aquellas escorias, arenas y cenizas que enterraron 5.500 hectáreas de territorio nacen los excelentes vinos de Lanzarote.

«Hasta el 28 de Octubre la acción volcánica se ejerció de esta manera, durante diez días enteros, cuando de un golpe el ganado cayó muerto asfixiado en toda la comarca por un desarrollo de vapores pestilentes que se condensaron y cayeron en forma de gotas. El 30 de Octubre todo estaba tranquilo. Dos días después, el l° de Noviembre, los humos y las cenizas volvieron á aparecer, desprendiéndose constantemente hasta el 10. Entonces apareció una nueva corriente que causó pocos daños porque todos los alrededores estaban ya quemados, arrasados y cubiertos de lava´´
«El 27 (de noviembre) otra corriente se precipitó con una increíble velocidad hacia los bordes del mar; llegó á la orilla el l° de Diciembre y formó en medio de las aguas una pequeña isla, todo alrededor de la cual se encontraron muchos peces muertos. El 16 de Diciembre la lava, que hasta entonces se había precipitado hacia el mar, cambió de dirección y se dirigió hacia el SW., llegando á Chupadero, que bien pronto el 17 no era más que un vasto incendio. Arrasó en seguida la tértil vega de Uga, pero no se extendió más allá´´
Un cuatrimestre infernal el vivido por los lanzaroteños de aquel 1730 que asisten al drama de ver cómo sus poblados, maretas y campos agrícolas son engullidos por la lava. La diáspora en los primeros 8-10 meses tras el inicio de la devastación llevó a la isla a perder a prácticamente la mitad de su población: de unas 5 mil a 2.500 almas que en su mayoría viajaron a Fuerteventura.

En su nuevo libro sobre las erupciones del Siglo XVIII en Lanzarote, `La cultural del volcán: Cómo Timanfaya cambió la historia de Lanzarote´, publicado por Ediciones Remotas, el arqueólogo José de León Hernández deja constancia de la emigración forzada por la dureza del volcán «donde el 35 por ciento de niños de La Oliva (municipio del norte de Fuerteventura) procedía de familias que huyeron de Lanzarote (en los años posteriores a las erupciones)”.
«El 7 de Enero de 1731, nuevas erupciones vinieron á trastornar todas las precedentes. Corrientes incandescentes, acompañadas de humos muy espesos, salieron por las aberturas que se habían formado en la montaña. Las nubes de humo frecuentemente eran atravesadas por brillantes relámpagos de una luz azul y roja seguidos de violentos truenos como, en las tempestades, y este espectáculo era tan espantoso como nuevo pára los habitantes que no conocían las tempestades en esta comarca. El 10 (de enero) se vio elevarse una inmensa montaña que el mismo día se hundió en su propio cráter con un ruido espantoso y cubrió la isla de cenizas y piedras. Las corrientes de lava ardiendo descendieron como arroyos hasta el mar á través del mal-país. El 27 (de enero) esta erupción había terminado´´
«El 3 de Febrero un nuevo cono se levantó, quemó la aldea de Rodeo, y después de haber arrasado toda la comarca de esta aldea, llegó á los bordes del mar, continuando corriendo hasta el 28 (de febrero). Nuevos conos, terminados por cráteres, se levantaron el 20 de Marzo, á una media legua más lejos; estos conos estuvieron en erupción hasta el 31 de Marzo. El 6 de Abril recomenzaron con más violencia, y arrojaron una corriente incandescente, que se extendió oblicuamente del lado de Yaiza, sobre el campo de lava ya formado´´

«El 13 (de abril) dos montañas se hundieron con un ruido espantoso, y el l° de Mayo este incendio volcánico parecía extinguido, pero se renovó el día 2 á un cuarto de legua más lejos, levantándose nueva colina, viniendo una corriente de lava á amenazar el lugar de Yaiza. El 6 de Mayo estos fenómenos habían cesado, y durante el resto del mes la inmensa erupción parecía estar enteramente terminada´´

«El 4 de Junio tres aberturas se abrieron á la vez, fenómeno acompañado de violentas sacudidas y llamas que se desprendían con un ruido espantoso, y que vino á sumir de nuevo en la consternación á los habitantes de la isla. Esta erupción se verificó de nuevo cerca de Timanfaya. Los varios orificios se reunieron bien pronto en un solo elevado cono del cual salía lava que se precipitó hasta el mar. El 18 (de junio) un nuevo cono se levantó entre los que se elevaban ya sobre las ruinas de Mato, Santa Catalina y Timanfaya. Un cráter, abierto sobre el flanco de este cono, lanzaba cenizas y relámpagos, y de otra montaña, situada encima de Mazo, se desprendió un vapor blanco que no se había observado hasta entonces´´
Es previsible que la línea del 18 de junio «El 18 (de junio) un nuevo cono se levantó entre los que se elevaban ya sobre las ruinas de Mato, Santa Catalina y Timanfaya» se refiera a esas acumulaciones de lava tan habituales en la zona en la que está sepultado el antiguo pueblo de Santa Catalina y que se aprecia en el horizonte de la siguiente imagen con las montoneras de malpaís entre La Rilla y la montaña de Santa Catalina.

«Hacia fines de Junio de 1731 todas las playas y las orillas del mar del lado del W. se cubrieron de una cantidad increíble de peces muertos de todas especies, y algunos de formas que no habían sido nunca vistas. Por el NW. se veía desde Yaiza elevarse del seno del mar una gran masa de humo y llamas, acompañadas de violentas detonaciones, observándose la misma cosa del lado de Rubicón sobre la costa occidental´´
Al Oeste de los volcanes, las playas y las orillas del mar a las que se refiere el cura Andrés Lorenzo deben coincidir con la franja costera actual de fuego y mar de la Playa de la Madera, la Playa de Las Malvas y el litoral que conecta con el pintoresco pago de Tenésar en Tinajo.

«En Octubre y Noviembre nuevas erupciones vinieron á renovar las angustias de los habitantes de la isla. El 25 de Diciembre de 1731 la isla fué conmovida por temblores de tierra, los más violentos que se habían sentido en los dos años desastrosos que acababan de pasar, y el 28 de Diciembre una corriente de lava salió de un cono que se había levantado y se dirigió á Jaretas, incendió la villa y destruyó la capilla de San Juan Bautista, cerca de Yaiza´´
Este es el último párrafo de las crónicas de Andrés Lorenzo, dando cuenta de una Navidad angustiosa con esos temblores de tierras «los más violentos que se habían sentido en los dos años desastrosos que acababan de pasar» en pleno 25 de diciembre de 1731 y del incendio y destrucción del pago de Maretas (en el escrito aparece como `Jaretas´) y la capilla de San Juan Bautista el 28 de diciembre de 1731.
¿Por qué se interrumpe el Diario de Andrés Lorenzo el 28 de diciembre de 1731?
En este post histórico de Cazorla León, apoyado en los archivos parroquiales de Yaiza, el autor da cuenta de que el cura Lorenzo `pasó todo el periodo de los volcanes, 1730-1736, en su iglesia de Yaiza, exceptuando los cuatro meses de licencia que disfrutó durante los primeros meses del año 1732, según vemos en sus libros parroquiales. Fue nombrado cura de Haría el 9 de marzo de 1736, como consta en esta anotación: Recibí esta Iglesia de Haría el 9 de marzo de 1736 e hice el cuadrante nuevo´. Coincide el último apunte del manuscrito (fechado el 28 de diciembre de 1731) con esos `cuatro meses de licencia que disfrutó durante los primeros meses del año 1732´ fuera de Lanzarote.
📖 Sobre la aparición del manuscrito (casi un siglo después) y la interpretación de la descripción del cura, el estudioso Agustín Pallarés Padilla aportó una valiosa serie de consideraciones en las XII Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura. Las consideración de Pallarés Padilla en PDF de Memoria de Lanzarote.
🌋 El sendero del Lomo del Cura
📍 El sendero parte de la Iglesia de los Remedios de Yaiza (mapa).
🥾 Lleva calzado adecuado. Hay señalética del camino hasta el cementerio del pueblo, zona en la que debes tomar un desvío hacia la montaña que guarda la espalda de Yaiza que te llevará al morro.
🥵 El sendero de ida y vuelta te llevará una hora aproximadamente. Tiene una distancia total de 5,3 kilómetros y un desnivel de 139 metros. La ruta es sencilla exceptuando una pronunciada cota a superar de unos 700-800 metros de distancia (en ascenso a la ida y luego a descender en el tramo de vuelta que debes realizar con precaución porque hay zonas rotas con la tierra suelta y puedes resbalar): descarga la ruta en Wikiloc.

🇮🇨 De vuelta a Yaiza esperan por ti las famosas garbanzas del Bar Stop o el pescadito encebollado o el estofado o las papas arrugadas con sus mojos.

📖 El destino quiso que la construcción de la Iglesia de los Remedios de Yaiza concluyera tan solo dos años antes de las erupciones, en 1728: Hª de Yaiza.