Una tenebrosa noche, la del 1 de septiembre de 1730, entre las 9 y las 10 pm, el Volcán del Cuervo se abrió en canal y empezó a vomitar lava. El estallido resultó el inicio de las erupciones de Timanfaya que en diferentes períodos, e intensidades, transformó la realidad física de Lanzarote.
El Párroco de Yaiza, Andrés Lorenzo Curbelo, dejó testimonio de los acontecimientos desde el comienzo de las erupciones hasta que la población de la zona tuvo que emigrar entre 1731 y 1732.
Decía así:
«El 1º de Septiembre (de 1730) entre las nueve y diez de la noche la tierra se abrió de pronto cerca de Timanfaya a dos leguas de Yaiza. En la primera noche una enorme montaña se elevó del seno de la tierra y del ápice se escapaban llamas que continuaron ardiendo durante diez y nueve días».
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EFECTO DOMINÓ
Salvo alguna sorprendente excepción (Montaña Negra), buena parte de los volcanes colindantes al Cuervo entró en ebullición. «Pocos días después un nuevo abismo se formó y un torrente de lava se precipitó sobre Timanfaya, sobre Rodeo y sobre una parte de Mancha Blanca», explicaba en sus crónicas el Párroco.
NUEVO EPISODIOS
La erupción parecía haber cesado, sin embargo, solo un mes después, el 18 de Octubre de 1730, dejó escrito Don Andrés: «tres nuevas aberturas se formaron inmediatamente encima de Santa Catalina, que arden todavía y de sus orificios se escapan masas de humo espeso que se extienden por toda la isla, acompañado de una gran cantidad de escorias, arenas, cenizas que se reparten todo alrededor, viéndose caer de todos los puntos gotas de agua en forma de lluvia. Los truenos y las explosiones que acompañaron a estos fenómenos, la obscuridad producida por la masa de cenizas y el humo que recubre la isla forzaron más de una vez a los habitantes de Yaiza a tomar la huida, volviendo bien pronto, porque estas detonaciones no aparecieron acompañadas de otro fenómeno de devastación».
Con parones y reanudaciones, el episodio eruptivo continuó hasta 1735, presumiblemente en el mes de abril (aclaración del año de conclusión de las erupciones por Agustín Palláres). Los científicos han estimado que el volumen de lava pudo alcanzar un 1 Km3 (=1000 millones de m3) modificando por completo la antigua morfología de la isla: entre otras transformaciones, Lanzarote ganó territorio hacia el oeste, lo que hoy son Los Hervideros, El Golfo…
En el siglo XIX, durante tres meses de 1824, se produjeron nuevas erupciones, de las que también existen documentos escritos de testigos presenciales. Entre ellas destaca la del cura de San Bartolomé, don Baltasar Perdomo, en el que explica la actividad de los tres volcanes que surgieron: Tao, Volcán Nuevo del Fuego y Tinguatón.
Después de todos estos sucesos, los volcanes de Lanzarote entraron en un profundo período de calma, dejando su huella y una impresionante colección de postales paisajísticas.
Hoy, la visita al Centro Turístico ideado por el artista lanzaroteño César Manrique acerca al curioso a uno de los lugares más espectaculares de la Tierra. Entradas Timanfaya.
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