Tu Guía en Lanzarote

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Historia de La Caleta de Famara: de almacenar pescado a pueblo surfista

Historia de La Caleta de Famara: de almacenar pescado a pueblo surfista. Fotografía: Ramón Pérez Niz.

La Historia de la Caleta de Famara es el tránsito de estos dos últimos siglos en los que el enclave pasa de ser un punto destinado a almacenar pescado a conformar uno de los retiros turísticos surfistas más importantes del mundo. El cronista de Teguise, Francisco Perdomo, nos sitúa hace 205 años: «En 1818 existían en la Caleta (de Famara) únicamente unos almacenes de piedra seca en los que se guardaban los barcos que eran utilizados en período de pesca, año en que fue nombrado alcalde de mar don Bernardo de Paiz». 

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La Caleta de Famara, siempre asociada a la pesca. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
La Caleta de Famara, siempre asociada a la pesca. Fotografía: Ramón Pérez Niz.

Como punto de almacenaje ligado a la pesca continuará deambulando la Caleta de Famara hasta finales del Siglo XIX cuando «en 1888 llegan Francisco Morales León y Antonio Batista, construyendo cada uno un almacén. En esta época llegan varias familias de La Graciosa. En 1909 – explica el cronista Hernández – contaba la Caleta con tres edificios, veinticuatro almacenes y veinticinco habitantes». Sin embargo, antes del poblamiento del núcleo, la Caleta y su entorno (playa incluida) tuvieron episodios de interés en la historia menuda de Lanzarote. 

Famara, sus pozos y manantiales de agua

Atendiendo a la semblanza histórica que Francisco Perdomo hace sobre la Caleta de Famara, la playa que da nombre a esta caleta «constituía junto con Zonzamas y Corral Hermoso los grandes poblados aborígenes de Lanzarote». En buena medida, los pozos y manantiales de agua alrededor de su majestuoso risco explican el asentamiento aborigen, así como el de los franciscanos llegados con Juan Bethencourt en 1402 que fundaron un oratorio en esta zona «a una legua del poblado llamado Famara, donde más tarde se construía la ermita de Nuestra Señora de las Mercedes». «Los Franciscanos –  según el Padre Provincial Buenaventura Dávila – permanecieron en Famara 33 años; sus medios de vida eran las limosnas, la agricultura y la pesca».

La playa de la Caleta: pescado en abundancia

Los siguientes siglos la playa y su entorno continúan apareciendo en escritos históricos como huerta del señor de la isla, Sancho de Herrera, lugar de pozos de agua salobre o en el inventario de 1560 en el que junto a los pozos de Chafariz constan las Fuentes de Famara. 

  • 1534, testatemento Sancho de Herrera: «Mando que se haga un Monasterio de frailes dentro de mi huerta de Famara …»
  • Escritos de Torriani:  «figura Famara como un lugar donde existen varios pozos de agua salobre».
  • Inventario de 1560 realizado el 20 de julio. Se registran como bienes pertenecientes al común: Los Pozos Chafarises y Fuentes de Famara.
La Caleta de Famara duerme acunado bajo los designios del Risco. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
La Caleta de Famara duerme acunado bajo los designios del Risco. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
  • En 1669 – asegura Francisco Perdomo – «aparece junto a la aldea de Famara, La Poceta como lugares donde existían edificios; en ese mismo año se le ponen puertas nuevas a la ermita de las Mercedes, ermita de la que figuraban como Patronos el capitán y sargento – mayor de Lanzarote Felipe de Ayala y Navarro y su esposa María de Jesús Gutiérrez, quienes dejaron para su mantenimiento el producto de unas tierras en Soo y Bajamar; pero a pesar de todo la ermita estaba destruida en 1735, pues así lo recoge en la sinodales de Dávila y Cárdenas «La nuestra señora de las Mercedes en el pago de Famara, la que está caída».
  • 1783. Seguimos citando el recorrido histórico de Francisco Perdomo «la playa de la Caleta aparece en una relación de los lugares donde se extrae gran cantidad de pescado, y en la que figuran también los precios del pescado, que eran los siguientes: Pescado fresco la libra a siete cuartos corrientes en la capital y en la playa a cinco, la Palometa y Jurela a cinco cuartos y en la playa a cuatro«.

Baños saludables

Baños saludables en la Caleta de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
Baños saludables en la Caleta de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.

Viajamos nuevamente a finales del Siglo XIX para acercarnos a Famara y su litoral como medio saludable. «En esta época – recuerda Francisco Perdomo – llegan a la Caleta varias familias de La Graciosa y la playa es visitada sobre todo en verano por varios vecinos de Teguise, así el propio alcalde de la época Don José Ramírez Vega manifestaba el siete de agosto de 1892, que pensaba trasladarse a la playa de la Caleta de esta jurisdicción para tomar los baños de mar que le están aconsejados».

El Hotelito de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
El Hotelito de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.

La salud explica también el origen de uno de los edificios más emblemáticos del frente costero de la Caleta, el Hotelito de Famara de Luis Ramírez. Nos lo recuerda Alex Brito en su Blog Rubicón «a comienzos del siglo XX los médicos le recomendaron tomar baños de aire marinos para cuidar su afección cardiorrespiratoria. De esta manera, en la década de 1920 adquirió una vivienda en la Caleta de Famara, por entonces prácticamente desierta, que reformaría unos años más tarde, en 1933, en la edificación que es actualmente y que llamaba la atención entre las casuchas de los pescadores y los almacenes de piedra».

La Iglesia, la Escuela...

Ya poblada la Caleta de Famara, el Siglo XX supone el asentamiento definitivo del núcleo con el levantamiento de la Iglesia, la escuela y la casa del maestro. Seguimos el hilo cronológico confeccionado por el cronista Perdomo: 

  • En 1936 con un presupuesto de 40.660 pesetas se construye la escuela y casa del maestro de la Caleta.
  • 1937: es nombrado Recaudor del arbitrio del pescado que se vendía en la playa de la Caleta, Marcial Machín González.
  • Una ballena varada: «en 1940 tuvo lugar una gran concentración de vecinos de la Isla, para ver en las playas de la Caleta una ballena que había sido arrastrada por el temporal hacia la misma. También tiene lugar ese mismo año la creación de una guardia en la Caleta, que según la comunicación estaba para: Vigilar cualquier movimiento de entrada o salida de personas desconocidas y dar cuantas noticias tengan relación con los planes del enemigo».
  • Alcalde pedáneo: «En abril de 1942 era nombrado alcalde pedáneo Antonio Morales González que sustituía a Marcial Machín González, con anterioridad había desempeñado este cargo el Sr. Batista y después fueron los señores, Dámaso Rafael y la Sra. Lala».
  • Carretera Teguise al Río pasando por Famara: En 1944 el Ayuntamiento de Arrecife apoya la solicitud de que continúe en el plan de Obras Públicas de la Provincia el Proyecto de la carretera de Teguise al Río pasando por Famara.
Vislumbrando El Río, llegando a Famara. Del Mar al Río: Sendero Costa Teguise-Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
"Los Noruegos", el Risco, La Graciosa. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
  • Los Noruegos: «En 1980 la zona cuenta con la construcción de 162 viviendas en Famara conocida como la urbanización Island Homes, mientras la Caleta contaba con 266 viviendas».
  • Fin de Siglo XX. «En 1991 la Caleta tiene ya 274 habitantes».

La Caleta de Famara: pueblo surfista

205 años después de aquellos primeros almacenes de piedra seca en los que atracar las barquillas, la Caleta de Famara constituye uno de los reductos surfistas más auténticos de Canarias. La ola que se forma en su playa es el vivero de los aprendices que se adhieren así a la naturaleza salvaje, buggi o tabla mediante, dando una bulliciosa vidilla a la Caleta cuando toca el descanso en las vías de jable del pueblo. 

Surf en Famara. Una de las actividades más atractivas para hacer en Lanzarote en este mes de octubre. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
Territorio surfista. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
San Juan, cuna de surferos. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
Surf en Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
El Muelle de la Caleta de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
El Muelle de la Caleta de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.

No extraña que César Manrique pasara sus veranos en la Caleta y quedara empapado de la singularidad del lugar. Esta esencia condujo sus actuaciones artísticas de arte y naturaleza en Lanzarote. En la Caleta y su playa, aunque se cumplan años y pasen veranos como un cadillac sin frenos, paradójicamente el tiempo permanece detenido, suspendido en el aire, entre el alisio que silba y los atardeceres dorados posados en la bahía.

Atardecer en la Caleta de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
Atardecer en la Caleta de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
Atardecer mágico en la Playa de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.
Atardecer mágico en la Playa de Famara. Fotografía: Ramón Pérez Niz.

Aquel pescado cuya venta se aireaba a los cuatro vientos «pescado fresco la libra a siete cuartos corrientes en la capital y en la playa a cinco, la Palometa y Jurela a cinco cuartos y en la playa a cuatro» se despacha hoy, abierto en canal, a la espalda, en los restaurantes que pueblan el litoral caletiano.

  • Playa Famara: Litoral de Lanzarote (MAPA).
  • La Caleta de Famara: MAPA.

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