El sendero graciosero con destino a Montaña Amarilla es una suerte de travesía por el suroeste mágico de La Graciosa: al desierto de dunas y arenales preñado de playas paradisíacas, de marismas, gaviotas y hubaras.
Una joya de la biodiversidad que duerme bajo el arrullo del Río, el brazo de mar que separa Lanzarote de La Graciosa, y con la espalda bien resguardada por el imponente Risco de Famara.
La Bahía del Salado
La caminata arranca al oeste de Caleta del Sebo (capital graciosera), en el entorno de la zona habilitada para acampar del Salado. El sendero es paralelo a la bahía del mismo nombre y está delimitado por robustos postes de madera.
A los pocos minutos de travesía nos adentramos en un auténtico oasis, la franja de mar y jable de La Lagunita y la Baja de la Peña. La estampa resulta sobrecogedora con Famara, el Pico Colorado de Soo y la silueta de Timanfaya de Lanzarote en el horizonte.
Unas cuantas horas después, en el retorno a Caleta del Sebo, el mismo espacio a marea vacía es aprovechado por las gaviotas que sobrevuelan el lugar metiendo el pico en los humedales en busca de nutrientes.
Francesa: De embarcadero de corsarios a duermevela de catamaranes
Superada esta zona singular del recorrido, afrontamos la llegada a una de las playas más exóticas de la isla. Hablamos de Playa Francesa, sus excelentes aguas turquesas y su fina arena blanca.
Todo este frente litoral majestuoso ha servido de refugio a aventureros de diferente signo a lo largo del pasado milenio: las Afortunadas (Canarias) y este brazo de mar entre La Graciosa y Lanzarote aparecen en libros y mapas de viajeros, así como en las crónicas de los conquistadores, naturistas, y amigos de lo ajeno (piratas).
Actualmente sus aguas siempre en reposo se erigen en caladero perfecto de catamaranes de todas latitudes que surcan el Atlántico en formato ocioso. Por muy sugerente que le parezca esa lámina de mar turquesa (¿a quién no se lo parecería?), aguante unos minutos porque de echar el ancla aquí…corre el riesgo de quedarse instalado en sus dominios y perderse Montaña Amarilla y su calita La Cocina.
Montaña Amarilla: A donde la hechicera Armida se llevó a Reinaldo
Montaña Amarilla. Inabarcable para los sentidos, ¿qué decir de ella sin recurrir a los tópicos? Alguien sin verla la describió como lugar a la que la hechicera Armida secuestró al apuesto Reinaldo «emulando a la Circe de Homero, que enamora a Ulises y lo retiene durante un año».
Leyendas que ya nos gustarían que fueran verdad al margen, ciertamente la cota amarilla y bermeja, sus relieves y contrastes, y sobre todo su calita de otro mundo son territorio abonado a un destierro soñado con o sin hechicera.
De Francesa a Montaña Amarilla hemos tenido que superar un pequeño desnivel de jable, la única dificultad de un sendero sencillo. En este punto puedes descender a la playita, conocida como La Cocina, o complicarte la vida abordando el ascenso a la cota montañosa después de superar un desnivel considerable en apenas 900 metros de caminata en una veredita que se complica.
Sinceramente, la postal desde las alturas es brutal, pero la perspectiva es igualmente bestial desde su falda y desde la misma playa. En el caso de ascender, ya saben, máxima precaución.
¡Te mereces un pescadito!
La Cocina está asocadita y ello condiciona el número de asaltos atlánticos bajo Montaña Amarilla. Lo más normal es que sea un baño tras otro porque el calor, y el secarse tan rápido tras salir del mar, invita a uno tras otro.
Sea cuando sea le sugerimos que se seque e hidrate bien antes de retomar el camino de vuelta, que es exactamente el mismo que el de ida, pero en sentido contrario.
Desde antes de su poblamiento La Graciosa conforma sinónimo de pesca. Ya en el Siglo XIX los lanzaroteños usaban la isla como lugar de marisqueo y pastoreo. A finales de ese siglo resultó la mecha que encendió su poblamiento al pretenderse el desarrollo de una sociedad pesquera (Historia de La Graciosa).
Hasta prácticamente bien entrados los 80 del Siglo XX la pesca constituía el único motor económico de sus habitantes, no en vano, las aguas que bañan La Graciosa y el resto de las islas del Archipiélago Chinijo son un vivero de biodiversidad. Desde 1995 dan vida a la mayor Reserva Marina de Europa.
Aunque el sendero resulta sencillo, su firme arenoso obliga a un buen esfuerzo. Entre eso y la disponibilidad de los manjares de la Reserva Marina en los restaurantes gracioseros, les animamos a redondear la jornada naturista con un caldo de pescado y gofio escaldado.
Así hicimos en el Restaurante de Doña Enriqueta.
Vivido: Martes 26 de Abril de 2022 entre las 11:30 y las 14:30.
¿Cómo llegar a La Graciosa?
A La Graciosa se llega única y exclusivamente en barco. Líneas Romero y Biosfera Express operan en el puerto de Órzola, al noreste de la isla de Lanzarote.
Cosas a tener en cuenta para el sendero:
- Horarios barcos (Líneas Romero/Biosfera Express).
- Sendero Caleta del Sebo-Montaña Amarilla.
- Horario y Teléfono del Restaurante Doña Enriqueta: Todos los días excepto los miércoles de 10:00 a 23:00. Teléfono: 928 842 084.
LANZAROTE3.COM
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