Antes del desayuno paseamos por las apacibles vías de Haría. A las 9:00 am se lo toman con tranquilidad en la plaza hariana. Queda margen para adecentarla de cara a recibir a los viajeros que están de ruta norteña, a los senderistas que recorren las aristas del Risco de Famara o el Volcán de la Corona y a esos ciclistas que ruedan por la zona y apuran el café sin quitarse el casco ni la riñonera.
Doblada la esquina que nos dirige a la otra plaza del pueblo norteño, la de la Constitución, hay quien espera compañero de tertulia bajo la buganvilla mientras que en el Mercado de Abastos ultiman los guisos que servirán a la hora del almuerzo.
Entre palmeras y naranjos, en pleno casco histórico de Haría, había una casa abandonada esperando por alguien que la viera. En aquellas vacaciones, cuando descendía la zigzagueante carreterita del valle de Malpaso, José Antonio García la vio, soñó despierto y a los 10 días compró aquel inmueble con el sueño soñado en mente: hotel boutique.
La edificación, impecablemente restaurada, causa sensación. A ella llega una pareja de huéspedes que está de vuelta tras la presumible visita al Mirador el Rincón de Haría (mapa), a unos 15 minutos de Los Naranjos por la vereda del Rincón de Aganada, desde donde poder alegrar la retina y el alma.
Unas zancadas nos sitúan en el portón de entrada abierto de par en par cuyo pasillo conecta con el patio canario que hace de pivote de las habitaciones, el comedor y el salón señorial de Los Naranjos. Alba y Javier atienden sigilosamente el servicio de desayuno mientras los huéspedes mordisquean los huevos revueltos hablando bajito.
Nuestra mesa se encuentra en ubicación privilegiada ante el postigo que mira al palmeral de Haría y a los rayos de sol que empiezan a colarse por el ventanal. Fruta, yogur griego, arándanos y granola, té, zumo de naranja natural y tostas de tomaca e ibérico por un lado y de aguacate, queso de rulo de cabra y frutos secos por otro conforman el arsenal del desayuno healthy por el que finalmente nos decantamos.
Acertamos al sentarnos prácticamente en el último momento en el que la casa admite comensales (el servicio de desayuno se ofrece todos los días de 8:30 a 10:30 am, pero el horario límite para sentarse a la mesa es a las 9:30-9:45 am). Sin compañía, la situación tiene un puntito solemne en este salón que es un derroche de belleza.
Ni regalado uno querría el poder de parar el tiempo: es el peligroso atajo para quedar paralizado por la melancolía. Sin embargo, he aquí un espacio donde tampoco nos importaría darle al pause 5 minutos bailando claqué en el parqué para digerir el rulo de cabra.
Vivido: 7 de febrero de 2025, 9:45-10:30 am.
🫖 🥝 🍴 Desayuno o brunch en `La Casa de los Naranjos´ de Haría
La carta de desayunos destinada a los huéspedes del Hotel Emblemático `La Casa de los Naranjos´ de Haría sirve de base para el servicio de desayuno y brunch al público en general.
☕️ 🥑 El desayuno: café o té, zumo de naranja naturalmente natural, fruta, yogur griego y granola, tosta de tomaca e ibérico o de aguacate, queso de rulo de cabra y frutos secos.
🕛 Todos los días de 8:30 a 10:30 am (horario límite para sentarse a la mesa: 9:30 am).
🎟️ 25€/persona.
📲 Imprescindible reserva previa llamando directamente a La Casa de los Naranjos: 628 938 942
🫖 🍳 El brunch: café o té, zumo de naranja naturalmente natural, fruta, yogur griego y granola, tosta de tomaca e ibérico o de aguacate, queso de rulo de cabra y frutos secos, embutido frío, plato principal a elegir.
🕛 Sólo los sábados de 11:00 a 13:30 (horario límite para sentarse a la mesa: 12:00 del mediodía). Exclusivo a grupos de al menos 6 personas.
🎟️ 40€/persona.
📲 Imprescindible reserva previa llamando directamente a La Casa de los Naranjos: 628 938 942
