«Tanto la aldea de Maso como El Miradero quedarán destruídas en las primeras semanas de iniciadas las erupciones. Creemos que una gran cascada de lavas del primer volcán (El Cuervo), en septiembre de 1730, se desborda por la gran depresión central por la parte occidental de la montaña el Miradero, arrasando Maso y su término y llegando al mar, sobre todo encauzándose por algunas depresiones y barrancos que atravesaban la costa norte de este territorio», así se refiere el historiador José de León en su obra Lanzarote bajo el Volcán con respecto al Miradero y Maso, pago y pueblito sepultados por el fuego, y la lenta destrucción de todo lo que se le ponía por delante a las ingentes cantidades de lavas que vomitaron los volcanes hasta llegar al mar, en la costa norte.
Esta es la travesía que hicimos, siguiendo las corriente de fuego, hasta alcanzar la Playa de Las Malvas, sitiada por las cascadas de malpaís y de hipnótica estampa de jable negro.
El sendero se inicia en la vereda de tierra de la Montaña Mazo, localizada en las proximidades del Parque Nacional de Timanfaya, en un desvío de la carretera de las Montañas del Fuego (descarga la ruta). Al inicio del camino existen unos apartaderos donde dejar el coche.
La caminata tiene un arranque portentoso, como si fuera el inicio de Psicosis o Salvar al Soldado Ryan, lo más importante e impactante transcurre con las primeras zancadas al tropezar con las postales de la Caldera de la Boca del Infierno (la entrada al Parque Nacional), la espalda de Montaña Mazo y su reverso, su precioso cráter, y el valle interminable de lavas que desprende, ¡toma paradoja!, tanta inquietud como sosiego.
Desolation row hacia Las Malvas
El territorio hostil, quebrado, dantesco se asemeja a un funeral donde aulagas, vinagreras, el liquen posado sobre el malpaís, y algunas florecillas tímidas intentan emerger entre las grietas de las lavas. Sin embargo, antes de las erupciones esta zona era espacio en el que pastaba el ganado. Sobre Maso, apunta De León, «se puede comprobar (…) que el tipo de infraestructura que existía en torno a las viviendas era preferentemente relacionada con el ganado, especialmente a medida que nos íbamos acercando a la costa norte».
De ahí que hayan sobrevivido topónimos relacionados con la ganadería y los corrales «…nos han llegado topónimos – continúa el autor de Lanzarote bajo el Volcán – como la Hoya de los Cabritos o El Corral». La especialización ganadera data de la primera colonización, después de la Conquista, y esta especialización «no sólo hacía referencia a ganado cabrío y ovino, sino a animales de gran porte, como vacas y bueyes».
Una de las familias más importantes de Maso a lo largo del Siglo XVII fueron los Curbelo, «emparentada con el cura de Yaiza D. Andrés Lorenzo», quien curiosamente narró las crónicas de las erupciones y entre otros espacios que detallaba víctimas del fuego figuraba Maso «en donde llegó a vivir su padre, casado con su última mujer, María González, teniendo un hijo, Marcial, que es bautizado por el propio Andrés Lorenzo el 26 de abril de 1729 (a apenas 17 meses del estallido de las erupciones)».
Mística, física y química
A pesar de que avanzan los kilómetros y el panorama continúa desplegando su poderío, uno no termina de adaptarse al porte de esta sinfonía desordenada de muerte y destrucción. «Oye – le digo al sherpa serbio que nos acompaña hoy -, estoy como apabullado».
La magnitud del maremágnum de fuego que arrasó el lugar se aprecia mejor en esta parte del sendero en la que las figuras de Calderetas y Caldera Blanca resultan un buen punto de contraste. Entre otros activos a visualizar, la fuente de lavas arremolinada entre estas dos cotas blanquecinas y ocres que lograron sobrevivir a la hecatombe.
El colofón a tanta mística, física y química acontece en la Playa de Las Malvas que recibió un extra de lavas de la erupción de la Montaña del Chinero «fue el volcán de mayor efusión magmática de los tres que erupcionaron en este año de 1824 – apunta Agustín Pallarés -, pues la corriente de lava que arrojó, después de recorrer una distancia de más de 6 kilómetros sobre coladas del siglo anterior, se internó en el mar formando la punta llamada por esta causa de Volcán Nuevo, saliente costero que cierra por el lado de poniente la ensenada en cuyo fondo se encuentra la playa de las Malvas, en la costa de Tinajo».
La inmersión en la revoltosa lámina de agua de Las Malvas parece una reconexión a la vida tras superar el valle espeso de lavas. Sabe a salitre y el intenso aroma a seba nos hace recobrar el aliento tras cargar con la congoja durante la caminata volcánica.
COSAS A TENER EN CUENTA
- DESCARGA LA RUTA.
- DISTANCIA: 10 kms.
- DURACIÓN: 2 horas-2 horas media.
- DOS COCHES: Dejar un vehículo en Las Malvas, y el otro en la vereda de Montaña Mazo.
- LANZAROTE BAJO EL VOLCÁN. A quienes les interese la isla que quedó sepultada bajo el fuego, lectura obligada: “Lanzarote bajo el Volcán”, José de León Hernández (Librería Lanzarote).
- VIVIDO: Domingo 29 de Mayo de 2022 entre las 10:30 y las 13:00 aprox.
LANZAROTE3.COM
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